El transporte marítimo es el responsable del 2,5% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Según un estudio realizado por la Organización Marítima Internacional (OMI), estas emisiones podrían aumentar entre un 50% y un 250% para 2050.

Alternativas en el transporte marítimo

Combustibles y fuentes de energía como biocombustibles, hidrógeno o amoníaco son las posibles alternativas para descarbonizar el sector del transporte marítimo y reducir las emisiones. El amoníaco, además de su uso como combustible, puede utilizarse para uso agrícola, industrial o para almacenar energía.

Asimismo, la cadena de suministro del amoníaco está ya asentada debido a su uso para una gran variedad de productos químicos industriales. Por tanto, la carga y descarga se realiza de forma segura siguiendo los procedimientos adecuados por el personal especializado.

Para su aplicación en el sector marítimo, al ser una sustancia tóxica y corrosiva, habrá que añadir, al igual que en la industria mundial del amoníaco, sistemas de detección de gases y otros protocolos. No obstante, es menos inflamable que otros combustibles como el hidrógeno líquido o el gas natural licuado, con un menor riesgo de incendios y quemaduras.

Actualmente, el proceso para que la OMI catalogue el amoníaco como combustible está en curso. Así que veremos cómo se va transformando el sector marítimo en los próximos años. Lo que es evidente es que se debe realizar la transición hacia una industria menos contaminante con el objetivo de sobrevivir al cambio climático.